PROGRAMA DE HABILIDADES SOCIALES
Las personas con trastorno mental, pueden presentar alteraciones en múltiples áreas: conductuales, cognitivas, sensoperceptivas, sociales. Todo ello genera una gran dificultad para afrontar la vida cotidiana, por la desestructura y desorden que provoca la propia enfermedad. En este contexto, el área social cobra especial relevancia. Aspectos que pueden resultar sencillos para otras personas como: saludar, despedirse, participar en una conversación informal o expresar su opinión, pueden resultar muy complejos para los usuarios/as. Es habitual observar, actitudes y conductas de evitación o “retirada” de estas situaciones sociales que pueden llegar a abrumarles. Las consecuencias del estigma social que rodea a la enfermedad mental, el propio autoestigma, y la sintomatología deficitaria frecuentemente asociada, suele conducir al aislamiento o postración social de las personas con trastorno mental. Como consecuencia de todo ello, es frecuente observar en los usuarios/as, dificultades en su habilidad para afrontar las relaciones personales, o en su capacidad para establecer una adecuada red social y de apoyo, o en su capacidad para establecer y mantener contactos sociales.
La conducta socialmente habilidosa es el conjunto de conductas emitidas por un individuo en un contexto interpersonal determinado y que expresa los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de ese individuo, de un modo adecuado a la situación, respetando esas conductas en los demás, y que generalmente resuelve los problemas inmediatos que podría provocar esa situación, y también evita la probabilidad de futuros problemas. La habilidad social incluye por tanto, aspectos y componentes diversos:
– Componentes conductuales: no verbales, verbales, paralingüísticos
– Componentes cognitivos: creencias, valores, formas de percibir y evaluar la realidad
– Componentes fisiológicos: respuestas electrodermales, respiración, tasa y ritmo cardíaco, etc.
Igualmente están implicados otros factores como; la autopercepción personal y autoestima, la asertividad, empatía, y la forma o estilo comunicacional específico de cada persona.
La mejora de las habilidades sociales de usuarios/as, puede aumentar sus posibilidades de alcanzar metas y objetivos vitales propios, satisfacer sus necesidades de relación con otras personas, y poder vivir de una manera más autonóma e independiente.
En el marco de la rehabilitación psicosocial, las intervenciones en esta área se realiza habitualmente a distintos niveles y con distintos formatos: bien como programas estructurados, o en formato de talleres fuertemente orientados a la interacción social, o a través de intervenciones transversales desde otros programas y talleres de rehabilitación psicosocial.
El CDRP “San Francisco II”, aborda esta área mediante:
– Programa estructurado de habilidades sociales
– Talleres específicos orientados a la interacción social:
– Taller de Buenos Días
– Taller de Asamblea General
– Intervenciones transversales desde otros programas y talleres
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